La Torre Latinoamericana quedó finalizada a principios de 1956, siendo inaugurada oficialmente el 30 de abril del mismo año, y es así como la compañía se mudó a la torre, en los pisos 4º al 8º. El resto del espacio de oficinas en la torre se ofrecía en alquiler. Al momento de su terminación la Torre Latinoamericana era el edificio más alto de Latinoamérica. Su mirador público, ubicado en el piso 44, fue el más alto de la ciudad hasta la apertura del mirador en el piso 52 de la Torre Mayor, en Diciembre del 2004. No obstante, por su céntrica ubicación, se dice que el mirador de la Torre Latino, ofrece a la gente la mejor vista de la ciudad.
La torre ganó prestigio a nivel mundial cuando resistió un fuerte terremoto en 1957, gracias a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos, que fueron necesarios dada la frecuencia de sismos en la Ciudad de México, y la composición lodosa del suelo que hace complicada la construcción sobre ese terreno. Esta hazaña le obtuvo un reconocimiento al recibir el premio del American Institute of Steel Construction (Instituto Americano de la Construcción de Acero), por ser el "El edificio más alto que jamás haya sido expuesto a una enorme fuerza sísmica.", como atestiguan inscripciones en sendas placas en el vestíbulo y mirador del edificio. Sin embargo, su prueba más dura vino durante el terremoto del 19 de septiembre de 1985, en donde la torre resistió sin problemas un registro máximo de 8,1 grados en la escala de Richter, cuya duración aproximada fue de poco más de 2 minutos. Actualmente se le considera uno de los edificios más seguros de la ciudad, y del mundo a pesar de su ubicación potencialmente peligrosa.
La torre ganó prestigio a nivel mundial cuando resistió un fuerte terremoto en 1957, gracias a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos, que fueron necesarios dada la frecuencia de sismos en la Ciudad de México, y la composición lodosa del suelo que hace complicada la construcción sobre ese terreno. Esta hazaña le obtuvo un reconocimiento al recibir el premio del American Institute of Steel Construction (Instituto Americano de la Construcción de Acero), por ser el "El edificio más alto que jamás haya sido expuesto a una enorme fuerza sísmica.", como atestiguan inscripciones en sendas placas en el vestíbulo y mirador del edificio. Sin embargo, su prueba más dura vino durante el terremoto del 19 de septiembre de 1985, en donde la torre resistió sin problemas un registro máximo de 8,1 grados en la escala de Richter, cuya duración aproximada fue de poco más de 2 minutos. Actualmente se le considera uno de los edificios más seguros de la ciudad, y del mundo a pesar de su ubicación potencialmente peligrosa.
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